Salgámonos del closet, de una vez.
Resulta que un día aprendí a hablar y no me callé nunca. Hablar tanto siempre me generó muchísima culpa. Juro que si. Como si sentir culpa acallara un poco a la que yo llamaba “la lora” en mi. Sin importar […]
Resulta que un día aprendí a hablar y no me callé nunca. Hablar tanto siempre me generó muchísima culpa. Juro que si. Como si sentir culpa acallara un poco a la que yo llamaba “la lora” en mi. Sin importar […]