Escribir para vivir. Vivir para comunicar.

Escribir para vivir. Eso era lo que quería cuando estaba carajilla, escribir y viajar. Y un día se me atravesó el turismo y viajar reemplazó con su pie ligero pero definitivo, la intención creativa de escribir historias y pasé a contarlas en un micrófono por décadas.

\"Escribir 

Vivir una vida tranquila

Vivo una vida bonita. Muy tranquila. Donde quiera que la viva… Digo, no porque haya elegido vivir en la montaña es que vivo una vida tranquila.

Vivo una vida tranquila porque a éstas alturas del partido ya me di cuenta de que el noventa por ciento de las cosas, eventos y circunstancias que quise para mi vida no fueron ni significativas, ni importantes. Tal vez sólo para él momento específico, para la necesidad a la que respondían.

Mis sueños, mis deseos

Y luego de cincuenta y siete vueltas, ya me di cuenta de que me engaño casi siempre con mis sueños y mis deseos… Como todos.

Creo que es para allá y cuando llego allá, termino suspirando, acodada y aburrida. La sensación no era la que había imaginado. Casi nunca lo es. Con alguna frecuencia me pasa que los sueños logrados no me hicieron tocar el cielo. Fueran los que fueran.

Porque al final, los sueños han sido míos. De mi para mi.

Y he logrado montones de sueños, pero realmente muchos. Chiquititos y grandes, planeados o no.

Y los sueños logrados como el dinero, si, bonitos… No es que no. Pero no llegan al vuelo, se quedan ahi, como dando brincos entre las ramas. Bonitos. Si. Pero jamás sobrepasan las nubes.

No es cosechar sueños como check marks lo que busco. No a estas alturas de mi vida.

No quiero una lista de cosas para hacer, zanahorias para seguir.

Tampoco me quiero quedar ahi, \”comfortably numb\”, viviendo en el paraíso terrenal de turno, leyendo como siempre, libros, películas y a la vida. Evitando los relojes, como el Capitán Garfio.

Y entonces, a güevo, llega la pregunta: ¿Para qué putas sirvo a estas alturas del partido?

Digo, si.. Sigo escribiendo, sigo pintando, sigo haciendo cosas y creando vainas todo el tiempo, pero es que, inevitablemente llegué a la pregunta porque en serio que ya poner check marks en una lista no me está siendo suficiente.

Sé que tengo mucho que aprender todavía. Pero más allá, me pregunto por las personas que no conozco  cuyas vidas cambiarán por cruzarse conmigo. Así como mi vida cambiará sólo por cruzarse con ellos.

\"Escribir

A estas alturas del partido, a mis cincuenta y siete escribo, hablo, pinto. Me comunico. Eso es lo que sé hacer. Eso es lo que he hecho desde antes de tener uso de razón.

Y bueh! Acá estoy comunicándome.

Entonces decidí hacer esta pequeña revista digital en la que irá de todo, como en mi Tiktok. Un día una anécdota sobre una reina francesa, otro día una historia sobre el funcionamiento de la mente.

¿Qué gano? Lo que yo gane, individualmente, en serio que no tiene la menor importancia. Los sueños individuales dejaron de ser relevantes porque no son más que zanahorias para el burro.

Hace muchísimo tiempo aprendí que mi felicidad me muestra el camino para el que elegí esta vida. 

Escribir para vivir. Vivir para comunicarme. 

Y comunicarme me hace muy feliz. De la forma que sea. Y de repente le puedo ser útil a alguien que está esperando justo la palabra que yo diga cuando la diga, en el lugar que la diga.

No me toca a mi decidir el tempo de ésta música. Tampoco quiero  crear un personaje uera de lo que soy en este mismo instante, o en el que sea. No me interesa tener un monigote al que tener que obedecer, ni con quién ser coherente.

Ante todo tengo un compromiso sobre cualquier cosa con mi paz, mi alegría y mi libertad. Lo que sea que obstaculice eso, se va. Y no hay discusión posible.

Entonces le pido a mi público me disculpen la inconstancia. Sólo soy constante conmigo misma a estas alturas del partido. 

Como siempre, gracias por leerme.