Las fantasías según Un Curso de Milagros están malentendidas. Y es justo acá donde el Curso se aleja del movimiento New Age, tendencias como al ley de la atracción y similares:
Las fantasías “cambian” la realidad. Ése es su propósito. En realidad no lo pueden hacer, pero sí pueden hacerlo en la mente que quiere que la realidad sea diferente.
2. Tu deseo de cambiar la realidad es, por lo tanto, lo único que es temible, pues al desear que la realidad cambie crees que tu deseo se ha cumplido. En cierto sentido, esta extraña perspectiva da testimonio de tu poder. Mas cuando lo distorsionas y lo usas en favor del “mal”, haces también que sea irreal para ti. No puedes serle fiel a dos amos que te piden cosas contradictorias. Lo que usas en beneficio de las fantasías, se lo niegas a la verdad. Mas lo que le entregas a la verdad para que lo use en tu beneficio, se encuentra a salvo de las fantasías.
T C17. 1–2
Todo lo que existe, todo lo percibido, todo lo imaginado es pensamiento.
No existe nada que no lo sea. Tenga o no forma. Todo es pensamiento.
Y todo pensamiento que esté anclado en el tiempo, es una fantasía. No existe, nunca existió. Nunca existirá.
Porque bueh, al final el único tiempo que sabemos que estamos viviendo con toda la certeza es el ahora.
“Todo lo que persigas para realzar tu valor ante tus ojos, te limita.”
LE L128–3.3
Vamos a ver, ¿Para qué fantaseamos?
Digo, en buena lid, ¿Qué función tienen las fantasías en la percepción espacio/tiempo?
Querer cambiar la realidad es buscar el escape de ella.
Escaparnos, a otras regiones del pensamiento para buscar alivio. Son paliativos. Como darle una alka seltzer a un paciente con cáncer.
El asunto es que una fantasía es un remedio efímero que luego te manda directo al suelo. Como la cocaína. Te dan un “rush” placentero por unos momentos y luego, inevitablemente te mandan al suelo.
¿Por qué te mandan al suelo?
La primera conclusión es que nos mandan al suelo porque hacemos una comparación de nuestra vida en el espacio/tiempo y esta nos queda muy mal. Y entonces nos permitimos sufrir.
Sin embargo, vamos más allá. Son paliativos. Nos distraen. ¿De qué?
Y ahí está la médula de éste asunto.
Nos distraen tanto y pueden ser tan placenteras que, nos adentramos invariablemente en el laberinto de realzar nuestro valor ante nuestros ojos, y así, nos limitamos.
Nos fascina el muro que nos divide de lo que Es y las películas que nos mostramos ahi, por raticos.
Maximón
Maximón es un personaje de la zona del Lago Atitlan, en Guatemala. Es una especie de deidad, que fuma, toma guaro y le gustan las corbatas. Y que tiene un asombroso parecido con nuestro ego.
Las ofrendas a éste interesante ídolo son guaro y corbatas (No sé si también candelas y plata, la verdad.).
El ego, este personaje que creemos que somos, tiene algunas características muy puntuales, entre las que están, a veces muy literalmente, colgarnos corbatas (¡Y si hay un accesorio absolutamente inútil en éste planeta, son las corbatas!) como Maximón. Le ponemos una y otra y otra corbata más al personaje.
Corbatas en el espacio tiempo. No sólo hablo de consumismo. Hablo de historias, pasados, futuros, planes, rencores, dramas, cada una una curva del laberinto, cada una parte de éste tobogán a veces tan atemorizante que te lleva más y más adentro.
Cada una una corbata para realzar al ídolo.
Cada fantasía es una piedra en el saco. Y todas viven en el tiempo.
Y el tiempo no existe.
¿Estoy satanizando fantasear?
O sea, ¿Digo que es malo? Ah no no, para nada. Es neutro. No te va a hacer daño, pero vas a seguir metid@ en el tiempo. Y lo que estamos buscando es estar en el Ahora ¿No?
Nunca vas a encontrar la Paz en la guerra, y nunca vas a encontrar al Ahora en el tiempo.
Esos son hechos.
Publicado en Olga Saenz-carbonell. \”¿Qué pasa con las fantasías? (Reflexiones sobre Un Curso de Milagros).\” Medium. 11 Dec. 2020. Web. 14 Dec. 2020. <https://olgasaenzcarbonell.medium.com/qu%C3%A9-pasa-con-las-fantas%C3%ADas-reflexiones-sobre-un-curso-de-milagros-54ff198b7b61>