Estamos en la era de las etiquetas. Etiquetar es un deporte de moda. La «tendencia». Hashtags arriba y abajo, hashtags con los que nos encerramos y nos limitamos. Hashtags para hacer mundos oscuros y amargos. Hashtags para reír y para llorar.
Las etiquetas (esos prejuicios de papel amarillo) nos aprisionan tanto como nos justifican.
Siempre me gustó un poema de la magnífica Tatiana Lobo que decía «Me gusta que me llamen puta, porque así puedo hacer el amor con quien quiera«.
Sin embargo, cuando miro la frase de cerca, lo que veo es la búsqueda de una excusa para hacer lo que hago de todos modos.
Soporto el dolor del rechazo que conlleva la etiqueta de zorra y con ese dolor pago mi libertad.
¿Hablas en serio?
Sí, hablo en serio.
Laetiqueta me justifica, me guía, me protege.
Todos hemos vivido en armarios hechos de etiquetas. Nos pusieron etiquetas cuando éramos niños, seguimos creyéndolas voluntariamente y las defendemos como defendemos la vida: «Soy desordenado» «Soy inconstante» «Estoy loco«.
(Un paréntesis válido: No necesitas la etiqueta para definirte. Eres lo que eres y, en este mundo interconectado, lo haces lo mejor que puedes).
Las etiquetas, además de ser barracones defensivos, son prisiones voluntarias. Nos persiguen, nos culpan, nos castigan. Nos torturan. Pueden matarnos.
Y basándonos en estas etiquetas que nos definen y con las que definimos al resto del mundo, juzgamos lo único que es imposible de juzgar: lo que somos. El otro soy yo.
Y como nuestro ego insiste en existir, transformamos al otro y a nosotros mismos en etiquetas. En función de ellos, nos alejamos o nos acercamos. En base a ellos atacamos, en base a ellos matamos. Nos convertimos en islas rodeadas de mares de «notas post-it».
Cerramos puertas y, quedamos prisioneros en la imposible soledad de la defensa total.
#weareallidiots #evil #french #toxicpeople #slut #fag #gringo #dyke #stubborn #stupidpeople #Iambest #iamaslut #sonofabitch
Obviamente, en una utopía a la que aún no hemos llegado, las etiquetas van a caer. A todos.
Quiero decir, obviamente: ¡están cayendo delante de nuestros ojos! Nos las ponemos y se caen viejas y desgastadas porque van perdiendo la goma.
Pero tenemos que entender que si queremos, todos nosotros, liberarnos de etiquetas, de prejuicios y de todas esas cosas… Sí. Tengo que ser el primero en dejar de etiquetarlo todo.
Y sí, necesariamente para dejar de etiquetarte, tienes que quererte mucho, porque lo único que atacas es lo que odias en ti.
Si te desprendes de la etiqueta en la frente del otro, la tuya desaparece.
Y entra la Paz.
El cambio de percepción modifica la forma de percibir la realidad.
Y había otro tipo -poco conocido- que solía decir «si ves la hierba en el ojo ajeno, no ves la viga en tu propio ojo«
Tenía razón. ¿Quieres conocerte a ti mismo?
Fíjate en las etiquetas que pones a los demás. Así es como te defines a ti mismo.
Mi universo es un enorme espejo de lo que creo que soy.
Y tu universo es un enorme espejo de lo que crees que eres.
Si ambos nos liberamos de las condenas, ambos nos liberamos. Así de sencillo.
No porque un dios nos lo imponga. No porque Jesús, Buda o Pacha Inti nos lo recomienden… ¡Amigo! La prisión que no nos permitirá ser felices, son nuestros juicios, condenas y castigos.
«El infierno son los demás», dijo Sartre – (en un contexto que desconozco. Es importante aclararlo) – ¡No! El infierno son las etiquetas que ponemos a los demás -que proceden de las que ya nos ponemos a nosotros mismos-.
Ahora, sí, todo bien. ¿Y qué se supone que debo hacer?
Un ejemplo: Si mi tía es tóxica(y tóxico es un juicio y una etiqueta), y me alejo por ello, ¿tengo que volver a acercarme a ella?
No tienes que hacer nada. Nada de nada. Ábrete a la posibilidad de que la próxima vez que la veas no sea «tóxica». Échale un vistazo. Eso es todo. Y si lo que ves te asfixia, cierra como una almeja.
(Si tienes un terapeuta, habla de ello en la próxima sesión. Después de un tiempo y saldrán cosas interesantes).
Y como muestra, cuento una historia (y envío un mensaje a la web, de paso).
Sobre el lobo:
Tengo un amigo, al que quiero profundamente.
Una de esas personas con las que entablas una conversación que sólo parece prolongarse a lo largo de los años. Nos reímos mucho juntos, viajamos juntos, lloramos juntos y, en general, nos hicimos felices el uno al otro.
Una relación sin sexo, pero poblada de amor. Y, sin embargo, sí, le califiqué de «tóxico» hace muchos años como consecuencia de repetidas agresiones en ataques de ira incontrolables.
A veces es como un lobo furioso, y puede morder con fuerza.
Cada vez que pienso en volver a contactar con él, la etiqueta me atraviesa y me defiende. «Y lo supero«.
Hace muchos años que no sé nada de él. No sé si habrá cambiado en su médula, lo único que puedo hacer es desearle lo mejor y asegurarle si me lee, que le quiero mucho.
¿Dejar la etiqueta? Por un segundo tal vez. Sólo para echar un vistazo a ver si el «agresor» sigue ahí.
Es mi prerrogativa hacerlo o no.
(¿Es un mensaje? Sí y no. Si lo es, es a una persona concreta. Pero si no eres esa persona en concretoes una historia, que contiene sí, un mensaje).
¿Cómo dejar de etiquetar?
En primer lugar, trátate con cariño y paciencia.
Tu bienestar y tu paz mejoran el metro cuadrado en el que vives y desde el que iluminas la esfera de tu universo.
Si no puedes soportar el dolor causado por lo que ves, no pasa nada. Vete. Sin culpa (que no sirve para nada).
Presta atención a tus pensamientos. ¿Qué le hace cerrarse, volverse evasivo o distante?
Suelta las etiquetas de los demás, las de la publicidad, las de los cotilleos.
Suelta las etiquetas que ni siquiera sabes que llevas puestas. Comprueba lo que piensas de éste y de aquél. Cuestiona todas las etiquetas. Cuestiona lo que crees saber sobre los demás.
Deja de suponer y de interpretar. Date una oportunidad por un día.
Pruébalo. Mira tus etiquetas sólo un día. Y verás cómo te sientes.
Aceptar el hecho de que estás equivocado… es el pensamiento más liberador. 🙂
Deja pasar un día.
Déjate caer.
No hay suelo.
Este artículo se publicó en Medium:
Olga Saenz-carbonell. \»Etiquetado, nuestra prisión favorita». Medio. 18 de marzo de 2021. Web. 18 de marzo de 2021. <https://olgasaenzcarbonell.medium.com/labeling-our-favorite-prison-7d57b6a7134b>