Taller de arte inspirado en la naturaleza: Pintando la vida salvaje de Costa Rica con Olga Saenz

Nature-Inspired Art Workshop

Sumérjase en la esencia de la vibrante naturaleza de Costa Rica con nuestro taller de arte especializado inspirado en la naturaleza, meticulosamente elaborado y dirigido por Olga Sáenz, una artista de renombre con una rica experiencia como guía turística naturalista.

Pintura de un mono | Olga Saenz

 

La transición de Olga de la exploración de las intrincadas maravillas de la naturaleza a la captura de su belleza en bruto sobre el lienzo ha dado como resultado impresionantes obras de expresionismo onírico. Su profunda experiencia como instructora de talleres, junto con sus conocimientos de blogging y SEO, la convierten en una persona especialmente cualificada para guiarle en este viaje artístico, en el que la naturaleza salvaje sirve tanto de musa como de aula.

Su Kit de Expedición Artística (Materiales):

  • Pinturas acrílicas (colores primarios):Domine el arte de mezclar colores para recrear las infinitas tonalidades del mundo natural.
  • Papel y lienzo: Su lienzo le espera, desde los bocetos iniciales en papel hasta las pinceladas finales sobre lienzo, capturando la esencia de lo salvaje.
  • Un conjunto diverso de pinceles: Una selección diseñada para detallar las delicadas texturas y las vibrantes escenas de la fauna de Costa Rica.
  • Trapos y agua: Para la consistencia perfecta de la pintura y el cuidado del pincel.
  • Una regla en T: Garantice la precisión y proporcionalidad de sus obras de arte con esta herramienta esencial.
  • Lápices de dibujo negros y goma de borrar.

Lo más destacado del taller:

1. Observación de la naturaleza:

Para comenzar el Taller de Arte Inspirado en la Naturaleza, nos aventuraremos en el corazón de la naturaleza salvaje de Costa Rica con Olga, para perfeccionar su capacidad para ver y captar los sutiles matices de la naturaleza, desde las delicadas nervaduras de una hoja hasta el extravagante plumaje de las aves tropicales. Desarrollar el ojo del artista en la selva tropical.

2. Herramientas y técnicas Introducción:

En el estudio, Olga desentraña los misterios del arsenal del pintor, desde la diversa gama de pinceles hasta la alquimia de la mezcla de colores, sentando unas bases sólidas para su exploración creativa.

3. Exploración práctica:

Antes de acercarte al lienzo, familiarízate con los distintos pinceles y experimenta mezclando colores sobre el papel. Esta fase es crucial para ganar confianza en tus capacidades artísticas.

Blue Coatimundi : taller de arte inspirado en la naturaleza

4. Primer esfuerzo artístico:

Con la orientación personal de Olga, embárcate en la creación de tu pieza inicial, aprendiendo a estratificar y refinar tu trabajo para aumentar la profundidad y el realismo.

5. Dibujo de precisión & Técnica de cuadrícula:

Seleccione un trozo de naturaleza salvaje para inmortalizarlo y emplee una técnica de cuadrícula para obtener una representación fiel en su lienzo, centrándose en la precisión y la estética.

6.El proceso de pintura:

Guiado por su boceto preparatorio, profundice en la pintura, con el asesoramiento experto de Olga sobre la técnica del pincel y la selección de colores para dar vida a su visión con confianza.

7. Cultivar el estilo personal:

A lo largo del taller, se te animará a explorar y desarrollar una voz artística única, influenciada por la experiencia de Olga en el expresionismo onírico y su profundo vínculo con la naturaleza. Este viaje le inspirará para crear piezas que no sólo reflejen la belleza de la vida salvaje de Costa Rica, sino que también resuenen con su yo más íntimo.

Agua potable Jaguar verde
Green Jaguar drinking water

Nuestro taller de arte inspirado en la naturaleza es más que una clase de pintura; es una invitación a conectar con el mundo natural de Costa Rica, desbloquear su potencial creativo y aprender de una artista que ha mezclado a la perfección su pasión por la naturaleza con su arte. Acompáñenos en un viaje inolvidable en el que se funden el arte de la naturaleza y el lienzo.

La increíblemente inútil trascendencia del arte.

Mono de agua

 

El arte es sólo un instante. Eso es todo.

Es un momento en el oído de una ola que interpretamos como música, es una pieza de decoración que nos llama la atención y que sólo puede abarcar un punto a la vez. Si a un artista le va muy bien, se convierte en un objeto de colección. Inútil y sin propósito. A lo más que llega es a ser un item de colección, en un museo, o una sala para recibir las visitas.

¡Y sin embargo! Y, sin embargo, se pagan millones por obras de tal o cual artista. El arte es un símbolo de estatus, una forma de demostrar que puedo permitirme el precio de tener una «obra original» colgada en la pared.

¿No es fascinante?

El arte no sirve para nada y, sin embargo, es caro. Y un signo de cultura, sensibilidad y conocimiento. Se supone que a la «gente culta» le gusta el arte… ¿No es así?

¿Por qué un conjunto de elementos tan inútiles sigue prosperando en los peores tiempos? ¿No te lo has preguntado? Yo me lo estoy preguntando desde que empecé a pintar.

¿Por qué nos fascina?

Además, ¿por qué sigo creando arte, tanto si la gente lo compra como si no?

Es una pregunta que siempre me he hecho seriamente. Me hago la pregunta ahora que mi arte está escondido en mi casa, y cuando veía a la gente asombrada ante él en la galería, me la hago mientras escribo esto… ¿Por qué nos fascina la creatividad? ¿Qué tiene la expresión artística que nos llega tan hondo?

En este momento, me pregunto: ¿Para qué escribo… si los que me leen ya saben de lo que hablo, y a los que me gustaría hablar no les interesa? ¿Por qué sigo escribiendo, por inútil que sea?

¡Y lo que es peor! ¿Por qué pinto? ¡Tan caro como es! Aunque me esfuerzo, no veo su utilidad en la vida cotidiana.

Quiero decir, hago arte, un esfuerzo totalmente desechable y prescindible Y sin embargo… No ha habido un solo día en los últimos nueve años en que pintar no se haya sentido tan necesario como respirar.

Es inexplicable, indescriptible. No hay nada en el tiempo/espacio que se le pueda comparar y, sin embargo, todos lo hemos experimentado alguna vez. Incluso si no sos un «artista oficial» (yo no soy un artista «oficial» porque no tengo un título de una academia o universidad, ¡ojo!).Lo has sentido, aunque sea mínimamente, en el ritmo juguetón de una canción o una mirada en una fotografía que te atrapó.

Por qué… ¡Oh! ¿Por qué? Puede que tenga una explicación.

El arte es la comunicación más pura del Misterio con el Espíritu humano.

Nadie puede describirlo, nadie puede encapsularlo. Y todo artista sabe en el fondo de su corazón, contra la resistencia de su ego, que tiene poco o nada que ver con su obra. Simplemente atraviesa el silencio de nuestras manos, de nuestros dedos, de nuestros cuerpos, y estalla en millones de pedazos que nunca llegaremos a comprender.

Nadie conoce el alcance de la influencia de su presencia en el planeta. Sin embargo, el toro de Altamira lleva miles de años guiñándonos el ojo sin necesitar nada de su artista.

Repito: nadie sabe el alcance de la influencia que su presencia tiene en el planeta.

Conocemos algunos, desde Platón hasta Mozart. Los nombres nunca son importantes. De hecho, el ser humano detrás del artista nunca lo es. Lo trascendente es siempre el mensaje.

Lo esencial del arte es su comunicación con lo inefable. (Para quienes no sepan lo que significa «inefable», es una bonita palabra dominical para describir lo que ni siquiera puede imaginarse).

El arte habla directamente a tu espíritu. Y la mayoría de las veces, no tienes ni idea de lo que está diciendo, pero te cambia por dentro, dejándote asombrado, conmovido y maravillado. Lo sublime y lo grotesco por igual.

Se comunica a través del tiempo y el espacio. No es algo que el artista pueda captar. Está ahí, a pesar de los números y las estadísticas, a pesar de las guerras y el terror, a pesar del brutal aburrimiento de la comodidad. Está ahí, hablándonos a través de Beethoven y Metallica, de Kandinsky y del griego que pulió la Venus de Milo.

Estaba ahí, en cada paso de baile de Isadora Duncan, todo desapareció en la bruma del tiempo, e inesperadamente lo encontraremos en la plataforma común de todos los mortales. En el instante infinitesimal de un acorde o una palabra hablada que mueve algo, que crea un revuelo. ¡O alegría, o lo que sea!

Está ahí, a través de cualquiera que lleve su pasión como estandarte y se permita estar en un estado de asombro permanente.

Está ahí.

Como siempre es todo. Habla con nosotros.

Se extiende como la hiedra y lo cubre todo a las mil maravillas.

Al final, los artistas son como niños a los que les encanta jugar sin parar. Y tal vez, sólo tal vez, sólo seamos mensajeros de Otra Voz, recordando a todo el mundo la importancia absoluta de divertirse.

🙂

 

 

Y yo… ¿Qué hago aquí? La historia de la cuenta-historias

Yo cuento historias. ¿Qué le hago? Lo he hecho desde siempre. Tal vez porque aprendí a leer muy temprano en la vida y la casa paterna estaba cubierta de libros de piso a techo y en mi familia, digamos que bueh, había que leer, a güevo.

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Y entonces aprendí a relacionarme con las historias y a interpretar el mundo desde ellas. Aprendí a contarme historias como buena Sapiens y a creérmelas. Por ejemplo, me conté la historia de que yo había sido víctima de vainas, me la creí y viví resentida por un buen tiempo, con mucha gente si, pero sobre todo conmigo misma.

Al final de lo único que fui víctima fue de mi fértil imaginación y la necesidad de ser una heroína épica que sufriera en esta vida.

¡Ojo! No minimizo algunas circunstancias dolorosas que sucedieron en mi infancia. El problema fue que estas circunstancias las convertí en armas contra mi misma.


Si querés leer la historia completa anda por acá: ¡Salgámonos del closet de una vez!


El asunto es que no importa lo que te suceda en la vida, el asunto es cómo lo interpretas, y los niños, esos maravillosos contadores de cuentos, con frecuencia nos vemos a nosotros mismos como los malos de la película y los culpables de todas las tragedias.

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¿Por qué hablo, a mis casi 57 años, como si aún fuera una niña? ¡Uy! Porque en mi hay una niña indudablemente que con frecuencia está al mando. (Si no fuera así no lograría pintar sin aburrirme).

Y bueh, es que además están las novelas, y las telenovelas, y las series, Netflix y los juegos, todos están repletos de historias con héroes \»sufridos\» -y estoy siendo amable- . Un héroe feliz, que la lleve suave y que no tenga algún problemita de estrés ¿Tiene gracia? ¡Cero gracia!

Entonces bueh, todo esto para decir que me conté un montón de historias y me hice algo adicta a ellas.

Desde muy pequeña aprendí a contarlas, y pasé veinticinco años como guía de turismo, contando historias de un lado al otro de mi hermoso país.

Pero es que a los turistas hay que atenderlos ¿ves? Y bueh, yo tuve cinco hijos y un día me harté de atender gente.

No me malentiendas, no era la madrecita sacrificada que sufría horrores para criar a sus hijos… Pero si. ¡Jaja! Ahora me río mucho pero por mucho tiempo sufrí porque elegí sufrir. Digo, en buena lid no pasó nada realmente horrible, pero si los sufrí, a los turistas y a los hijos.

Y bueh, un día dejé de guiar y otro les dije a mis hijos que me iba de la casa. (La historia es más compleja pero no tengo mucho tiempo y qué pereza contarla toda).

Me conseguí una terapeuta, le dije que quería paz 24/7 y que no iba a soltarla hasta que lo lograra.

Y bueh, pasé 7 años sanando, a lo bestia. De todo. Lloré horrorosamente, perdoné y me perdoné cientos de historias, aprendí a meditar, me abrí a viajar de muchas formas, hice Curso de Milagros a diario, pinté y pinté y pinté, creí que era hora de levantar vuelo y la Vida me devolvió a mi tierra de un pandemiazo, y pasé un par de años más metida en la montaña.

Y un día llegó la posibilidad de viajar, y México de nuevo, y todo se acomoda para que mis pinturas y mis palabras salgan a la luz y ¡Bueh! Tengo que salirme de nuevo del armario, una vez más.

Voy a explicar esto antes de que se vuelen por donde no es… ¡No, no soy les! Me encantaría pero no. Pero quiero darme permiso para hablar una vez más, como cuando escribí el de \»Salgamos del Closet de una vez».

Que soy una señora rara haciendo el ridículo en tiktok… ¿Eso es lo peor peor que puede pasar? Ah ok, entonces de la mano de mi Yo Mayor, voy a seguir hablando. :=)

La inspiración artística, una maravilla venida desde la unidad.

La inspiración artística es un misterio, una pregunta sin respuesta posible. Un ámbito mágico en el que el tiempo para y entra información que antes no estaba. ¿De dónde viene? ¿Para qué? Veamos a ver si nos contesta…

\Inspiración

La inspiración artística es una experiencia. Todos la hemos vivido, aunque seas contador y creas que en ti no hay un gramo de artista. Sin embargo, ¿No hay un momento en que estás metido/a en una tabla de excel y el mundo desaparece entre números, coherencias y columnas? La clave es ésa: El mundo desaparece.

Se resume maravillosamente en la película Amadeus cuando Mozart luego de un conflicto familiar re-entra a seguir componiendo y todo el ruido externo es reemplazado maravillosamente por los acordes de su música.

Desde donde yo lo veo, la inspiración artística está anclada en que el sistema del que somos parte es mucho más grande que la suma de sus partes. O sea, puesto en algo comprensible, yo estoy escribiendo para quiénes necesiten saber esta información. Nadie está solo nunca. Eso es imposible. La individualidad es un mito de los sentidos.

No somos individuos, aunque vernos en cuerpos nos haga creer lo contrario.

Y aquí termina. Ahgh. Faltan palabras para lograr el ranking… ¿Viste? Este es un excelente ejemplo.

Todo me impulsa a escribir más. No me queda de otra. Las reglas están hechas de tal forma que no puedo ni queriendo, saltármelas. Entonces sigo.

La inspiración artística fluye cuando te callas. Cuando la mente individual deja de gritar y la mente total se comunica sin siquiera hacer el menor ruido. Fluye como agua venida de la única fuente de la que viene todo. Llámalo como quieras. Da igual. Y da igual si crees en ella o si crees lastimeramente que tu pequeñez en serio puede crear belleza.

El personaje jamás crea nada. El personaje puede recibir los aplausos y creérsela. Pero en el fondo, todo artista sabe que la inspiración artística libre y genuina está más allá del tiempo, el espacio o las pequeñas victorias o pérdidas humanas.

\Inspiración

Vincent Van Gogh, por si mismo no tiene la menor importancia. Si se enfermaba, si le gustaban las rubias o si tenía callos en los pies es completamente irrelevante para su maravilla.

Era un tipo que se invisibilizaba para traernos belleza que nadie en su época podía comprender pero que nos enseña, a través del tiempo y el espacio que la belleza y el movimiento son capaces en el lienzo más tieso del mundo. Un artista es un tomador de dictado, eso es todo.

Soltarse en la inspiración significa soltar el control, dejar de pensar, y de sentir, es meterse de cabeza en los colores, en las letras, en lo que está pasando en el momento presente… Ya luego verás, ya luego leerás. No tenés idea. Todo a la venta. No se entiende, sólo sos un instrumento de la vida para decir lo que sea que la vida quiere que digas.

El mensaje es una flecha y el artista el arquero. No somos capaces de ver desde nuestra pequeñez adónde va a caer lo que lanzamos. Es posible que alguien lo reciba, en alguna parte. Para algo.

No tenemos ni idea. Y esa es la maravilla. No necesitamos saberlo.

Van Gogh sólo vendió una pintura en toda su vida. La gente y los que manejaban arte le decían que lo que hacía no tenía sentido alguno, que es francamente feo.

Vincent nunca supo lo que su pintura le hizo al arte, pero entendíamos sobre todo, que Vincent, el hombre, el personaje no era para nada importante. Sólo su arte lo era, y ése no era de él.

¿Golpe para el ego? ¡Sí!